martes, 28 de enero de 2014

La Otra Salida



Por Luis Manuel Aguana

En marzo del año pasado-antes del 14A-, escribí una nota que titulé “Salida Electoral” (ver  http://ticsddhh.blogspot.com/2013/03/salida-electoral.html). Decía que al taponarse la salida electoral se está bloqueando el derecho del pueblo a elegir sin intervención de nadie a sus legítimos gobernantes. Y cuando esto se hace con el consentimiento de quien se dice opositor, no hay nada que hacer. La salida esta taponada, bloqueada, obstruida. Y los últimos procesos electorales no han sido sino una prueba más de ese enunciado.

Es conocido por todos que cuando se bloquean las salidas y existen acicates suficientes para buscarlas, las personas la hallan. Es un fenómeno de la naturaleza. Si usted tiene una olla de presión llena de agua y la calienta al punto de ebullición, sin tener escape al vapor, o usted apaga el fuego o simplemente escóndase porque va a explotar.

Eso es, dicho en términos simples, el llamado de #LaSalida realizado el 23E por un partido político y un grupo de parlamentarios opositores, al margen de las decisiones “unitarias” de la MUD. Se está tratando de buscar salidas constitucionales para ponerle final al régimen que está destruyendo al país. Eso es lo que estamos tratando de hacer quienes todavía creemos que esto es posible dentro de una iniciativa civil. Si el régimen tapona la salida del vapor cuando hierve el agua, entonces se hace posible la explosión de la olla.

Creo que todos los sectores, tanto civiles como militares, debemos buscar las salidas constitucionales a la crisis. No solamente los civiles somos los llamados a buscar esas soluciones. También los militares. Y esto no constituye de ninguna manera un llamado a un golpe de Estado, sino una exigencia que está bien escrita en la Constitución porque todos somos responsables de hacerla cumplir.

El régimen está poniendo la olla a fuego lento sin escape de presión. Cuando la oposición oficial de la MUD cogobierna con el régimen, es claro que no está interesada en buscarle salidas al problema sino a convivir con él, con lo cual aunque esos grupos disidentes de oposición insistan que lo hacen dentro de la llamada “unidad”, en lugar de lograr lo que persiguen, coadyuvan a ponerle más candela a la olla porque se encuentran atados a un compromiso con un ente que dejo hace bastante rato de estar en sintonía con pueblo que sufre el régimen día tras día. Cualquier observador diría que ese llamado, aunque legítimo en su esencia, es más de lo mismo hasta prueba en contrario.

Y esto es grave. ¿Y por qué? Porque entonces esa búsqueda de una salida civil se convertiría en una mueca para el continuismo, sin credibilidad alguna. Algunos observadores han señalado que ya no existen salidas civiles al problema que tenemos en Venezuela, dejándoles esa solución solo a los militares.

Eso puede ser posible ante el fracaso persistente de los civiles a encontrarle salidas a la grave situación y por no terminar de entender que no hay salida sin oposición verdadera. No estamos al cabo de saber si también los militares le están buscando una salida a la crisis. Pero lo que no podemos permitir es que eso signifique que los civiles nos quedemos llorando sentados en una acera esperando por esa otra salida. Ambas vías no solo deben ser concurrentes sino también complementarias.

Esa otra salida es igualmente válida y los militares harán lo que deben hacer pero nosotros también. Hay propuestas civiles que pueden coadyuvar a una salida constitucional pero necesariamente se tienen que construir porque no se dan solas. Para eso es muy importante que los civiles entiendan que no se puede seguir el juego político de la oposición oficial porque es como si estuvieran negociando igualmente con el régimen.

No estamos tratando con necios sino con criminales, incitados por una ideología que necesita a nuestro país para sobrevivir. Es por eso que los pronunciamientos que se den, independientes de su origen, deben ser muy claros y precisos, que no dejen lugar a dudas. Ya los venezolanos dejamos de creer en salidas mágicas, por lo que se impone un liderazgo que rompa con los paradigmas, sin otro compromiso que el futuro del país.

Caracas, 28 de Enero de 2014

Twitter:@laguana

viernes, 24 de enero de 2014

La Salida



Por Luis Manuel Aguana

Así fue que se tituló el llamado que varios grupos políticos, Diputados y otras personalidades, encabezados por Leopoldo Lopez y María Corina Machado, hicieron el 23 de Enero, donde convocaron al país para buscarle salidas a la grave crisis que estamos viviendo los venezolanos. Ya era hora que alguien en la oposición empezara a ocuparse de hacer oposición verdadera en Venezuela.

Pero un llamado de esa magnitud necesariamente pasa por el rompimiento definitivo con las estructuras existentes opositoras. Extrañé del discurso de La Salida un rompimiento efectivo y abierto de ese liderazgo en relación a las ejecutorias de la oposición oficial reunida en la MUD, que en este momento se ha constituido en el bote salvavidas de un régimen que los ha convocado para cogobernar.

Extrañe del discurso de Maria Corina y de Leopoldo su salida de la MUD y la creación de una entidad opositora que convoque efectivamente como lo hicieron, al pueblo venezolano, a buscarle salidas a la crisis. Aun están a tiempo. No se puede estar bien con Dios y con el Diablo al mismo tiempo. Si de veras desean que los venezolanos crean cualquier cosa  que se plantee producto de las Asambleas de Ciudadanos que se propusieron para discutir las salidas a la crisis política económica y social, tendrán que hacer como Hernan Cortez y quemar las velas. Aquí vencemos o morimos.

Y no es que Maria Corina Machado y Leopoldo Lopez, o los Diputados de la Movida Parlamentaria no hayan dado muestras de distanciamiento con las ejecutorias de la MUD. Es que hasta ahora han sido parte de la oposición oficial que hasta el 8D insistió en las salidas convencionales que la Mesa avaló para salir del régimen y que muchos combatimos como colaboracionistas. Si ahora piensan de una manera diferente- lo cual es perfectamente válido-, para hacer una tortilla hay que romper los huevos.

Ya llegamos al momento donde mono no carga a su hijo, y ya ni siquiera por un poquito, modificando el dicho popular. Después de todo lo que ha pasado, después de ver que los Alcaldes usaron el voto de los opositores para hacerle carantoñas al régimen en Miraflores y ser parte de su fiesta con los reales de los venezolanos, ya es hora que quienes deseen realmente conducir los destinos opositores se distancien de una manera verdadera de aquellos que vendieron la franquicia opositora a los intereses del régimen, so pena de ser acusados de ser lo mismo con diferente cachimbo.

La situación del país opositor después del 8D es de verdadera desolación. Hay un vacío que cualquiera con suficiente ambición de poder puede llenar, porque en un cuarto obscuro quien tiene una linterna sabe por dónde salir. Por eso es que resulta indispensable diferenciar la verdadera vocación por el país de la habilidad política de posicionarse. Esa es una altísima responsabilidad de los conductores que no puede ser dejada de lado, aun en los momentos donde pareciera no haber salidas. Es allí donde se mide el forjamiento del metal con que están construidos los liderazgos.

En 1998, Hugo Chávez muy astutamente se aprovechó de ese vacío de una democracia destruida por la corrupción para ofrecer un mejor país y la gente lo siguió sin pedir garantías. No podemos cometer de nuevo esos errores. Teniendo ahora un país en peores condiciones que en 1998, cualquiera que ofrezca una salida será bienvenido. Pero quienes la ofrecen deben dar esas pruebas mostrando las velas ardiendo en la playa.

Aquellos quienes creemos que la única salida que tiene el país es REFUNDARLO sobre unas bases completamente diferentes, no nos conformamos con sacar a estos procónsules delincuentes del régimen por los votos de una Constituyente-que sería la consecuencia natural e inmediata de ese proceso-, sino que no podemos permitir que algo semejante a lo que ha sucedido en Venezuela pueda volver pasar en el futuro.

Una Constituyente convocada para sacar al régimen podría parecerle a mucha gente algo ideal pero sumamente engañoso porque cambiar a los jugadores sin cambiar la estructura del juego puede poner al país de nuevo en las manos equivocadas, porque el PODER es algo que debe regularse. Y esta Constitución no lo regula para quienes resultan vencedores. Imagínense cualquier grupo, independientemente de su color o de sus intenciones iniciales, utilizando para su servicio las mismas estructuras de poder de este régimen.

El llamado de La Salida no solo debe incluir un rompimiento con las ejecutorias de la oposición oficial, sino la convocatoria a una nueva oposición incluyente de todos los liderazgos y grupos que sean necesarios para comenzar a establecer las estrategias para hacer efectiva esa salida, haciendo realidad una nueva oposición que le de esperanzas al pueblo venezolano.

Caracas, 24 de Enero de 2014

Twitter:@laguana

martes, 21 de enero de 2014

Doce Ejes y un Destino: 11) Venezuela en el contexto del mundo globalizado

Por Luis Manuel Aguana

Retomo el tema de los Ejes Constituyentes del Proyecto País Venezuela de la mano de un área que para mí es fascinante: la globalización. Es de todos conocido ese efecto según el cual el mundo es una aldea interconectada, donde ningún país puede aislarse de otro y creer que sobrevivirá.

Mi tesis en ese contexto es que nadie se subordina a otro, ningún país es más que otro. Todos tenemos las mismas oportunidades de acuerdo a ese nuevo esquema de relaciones mundiales. El conocimiento, que es la diferenciación que ahora se establece, impone quien es quien en esta nueva selva. El que sabe más tiene más. El que conoce más sobrevive. Aquí no hay “imperialismos” ni países “sometidos”. Lo que hay es gente que sabe y gente que no sabe. Países que cultivan conocimiento y países que no.

Sobre la base de ese nuevo principio natural se establecen las relaciones de poder. Lester Thurow1  señalaba que la llamada tercera revolución industrial está transformando las economías nacionales en economías globales, de la misma manera como la segunda revolución industrial significó el paso de las economías locales a nacionales. Por primera vez las empresas pueden comprar en cualquier parte del globo, en donde los costos sean mínimos y vender en aquellos lugares donde los precios sean más altos.

Sin embargo Thurow advierte que la transición de lo nacional a lo global va a resultar mucho más turbulenta que la transición de lo local a lo nacional. Esto es debido a que cuando el mundo se hallaba en el proceso de transformación de las economías locales a nacionales, ya existían gobiernos nacionales dispuestos a aprender cómo dirigir el proceso. Ahora, por el contrario, no existe un gobierno global que pueda aprender a dirigir una economía global.

Las organizaciones internacionales existentes (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Organización de Naciones Unidas, Organización Mundial del Comercio) no fueron diseñadas para tratar con una economía global. Todas ellas fueron concebidas como entidades independientes de los gobiernos nacionales. Ninguna de ellas pueden decirle a los gobiernos qué deben hacer, todo lo contrario, son los gobiernos quienes les dicen a esas organizaciones que deben hacer.

Thurow afirma que la respuesta lógica sería la creación de organizaciones independientes con suficiente poder para actuar de forma autónoma con respecto a las administraciones existentes. Pero a juicio del autor esto no va a pasar. Nadie va a establecer un gobierno global, independientemente de lo necesario que sea. Como resultado el mundo tendrá una economía global sin un gobierno global, sin un conjunto acordado de regulaciones obligatorias, donde no habrá una policía que haga cumplir las normas, ni jurados a los que apelar si se comete una injusticia. Será como en el viejo oeste norteamericano, el fuerte expulsa al débil de las áreas económicas productivas.

El problema, según palabras de Dante Caputo ex Canciller del Ex Presidente argentino Raúl Alfonsín, poniendo el ejemplo de los mercados financieros internacionales, no es solamente el tamaño de esos mercados, sino que “este es el primer mercado en la historia del mundo que no tiene ningún Estado arriba”2.

En este contexto todos los países nos encontramos en una arena muy compleja e independiente donde solo el conocimiento que puedan adquirir los nacionales de cada país hará la diferencia, en particular aquellos conocimientos que nos hagan dueños de nuestras propias potencialidades. Es por esa razón la importancia que cada Estado le de a la educación de sus habitantes.

Si analizamos a nuestro país dentro de este contexto mundial, Venezuela está perdiendo un extraordinario mundo de posibilidades al haber retrocedido posiblemente un siglo en nuestro desarrollo como nación en manos de un régimen que se ha abrazado a lo más atrasado del pensamiento económico y político del planeta. Pero eso tiene solución.

Los puntos que se enuncian en el Eje No. 11 del Proyecto País Venezuela establecen el principio para regreso de Venezuela al mundo globalizado, ubicando al país en su correcta dimensión  geopolítica y en su ámbito natural al norte de de la América del Sur (ver Proyecto País Venezuela – Reconstrucción y Reconciliación Nacional - MID Táchira/AVERU en https://docs.google.com/file/d/0B6yI0gUROWzDUmhEbXFZMGR0bEU/edit?usp=sharing).

Reinsertar al país en sus relaciones naturales con sus países vecinos inmediatos y la recuperación de la confianza del mundo en nuestra economía, impidiendo la entrega de nuestros recursos a gobiernos extranjeros y anulando concesiones petroleras y mineras irritas, forma parte de un esfuerzo para el logro de “relaciones internacionales, en el contexto global y de la Sociedad del Conocimiento, fundamentadas en el respeto mutuo, reciprocidad, cooperación, integración e interdependencia para el logro de los objetivos e intereses de la Nación”.

Este Eje del Proyecto País reinserta a Venezuela en el concierto de las naciones progresistas del mundo, conectándonos con el futuro, no con el pasado, aspirando a ser un país de primera en todos los campos. Esa es la pretensión.

Si continuamos mirando al mundo por el espejo retrovisor, como la Cuba de los años 50s, que es adonde quedo congelada la mente de los invasores que atentan contra nuestro futuro como pueblo, no podremos tener inserción en este fenómeno globalizador, ni podremos comprender lo que pasa en el resto del planeta, quedándonos solamente con una sola fuente de recursos-el petróleo-, sin abordar todas las posibilidades que nos podrían brindar el desarrollo de las potencialidades locales de cada región del país.

Decía Don Rafael Grooscors Caballero (ver La Rebelión de las Regiones en http://elrepublicanoliberal.blogspot.com/2013/10/rafael-grooscors-caballero-la-rebelion.html): “¿Tenemos que seguir viviendo de la distribución “infame” de la renta petrolera? ¿Tenemos que seguir siendo exportadores de materias primas y continuar dependiendo de quienes nos las transforman? ¿Sabe la gente de la Guayana venezolana, del Estado Bolívar concretamente, lo que se hace con la bauxita, el hierro, el agua y las tierras que les son propias, por gobernantes a distancia, quienes no tienen por qué quererlas, ni desarrollarlas, ni transformarlas, para enmarcarse en una competencia con el mundo entero a base de productividad? ¿Saben los de Los Andes cuánta seda podrían producir para ganarle a China un mercado cada vez más valioso? ¿Sabe la gente del Zulia todo lo que ganarían transformando en fibras sus hidrocarburos y “metiéndose” en el mundo de los textiles sintéticos?”

Todo eso y más podríamos lograr con una Venezuela globalizada y a la vez desarrollada localmente. Lo único que debemos hacer es tomar la decisión como pueblo de vivir mejor y en democracia, venciendo el atraso mental y material de un régimen que lo único que tiene es la fuerza bruta a su favor. Y eso también, en este momento de la globalización del mundo, se derrota con conocimiento…

Caracas, 21 de Enero de 2014

Twitter:@laguana

(1) Thurow, Lester, Construir Riqueza, 1999
(2) Caputo, Dante, Globalización y Estado Nación, 1997