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jueves, 14 de junio de 2018

Más que una sentencia electoral

Por Luis Manuel Aguana

No quiero calificar como “victoria” este hito trascendental de ayer cuando el TSJ legítimo sentenció a favor de un cambio radical en el sistema electoral venezolano (ver TSJ Legitimo declara nulo el uso del voto automatizado para elecciones en Venezuela, en http://ticsddhh.blogspot.com/2018/06/tribunal-supremo-de-justicia-declara.html), porque para hacerla efectiva todavía hay que seguir haciendo lo que Adriana Vigilanza (@adrianavigi), autora en el exilio del recurso electoral que produjo la sentencia, ha hecho por muchos años: trabajar, trabajar, trabajar y seguir trabajando para que efectivamente hayan cambios sustanciales en la manera de hacer las cosas en Venezuela.

En esta guerra tan larga no puedo dejar de recordar gente valiosísima que han dejado una huella imborrable, porque estuvieron allí -y de alguna manera siguen estando- y que sin su aporte difícilmente algún juez hubiera sentenciado a favor de este cambio. Incontables cartas públicas y reuniones con políticos reclamando Elecciones Autenticas realizamos con Eric Ekvall, fallecido en medio de esta lucha electoral cuando más lo necesitábamos, principal denunciante de la complicidad de la MUD en el fraude del revocatorio de 2004; Iñaki Gainzarain, matemático y articulista,  profundo analista político de las fisuras del fraude técnico y crítico tenaz de las actuaciones del CNE, desde su blog Gainza&Edmat Winds y BitakoraEva; el incansable José Méndez, ingeniero experto en energía, quien no ha dejado de insistir y aportar pruebas en la Corte Penal Internacional, que esto que nos pasa tiene su origen en los delitos electorales perpetrados en el CNE y que estos deben ser considerados también como delitos de Lesa Humanidad; Pablo Brito Altamira y Luisa Elena Vidaurre, principales impulsores de la Declaración de Caracas, Coalición por la Independencia y el Progreso y fundadores de la ONG Por La Conciencia, que combatieron en su época porque se produjera este reconocimiento de ayer a Elecciones Auténticas y a un cambio fundamental del sistema electoral venezolano; a la extraordinaria gente del Estado Táchira autores de aquel informe reseñado en este blog, Algo bueno paso en el Táchira en el año 2012, extraordinarios técnicos que firmaron bajo el seudónimo Plinio Vargas; y por supuesto imposible dejar de recordar al desaparecido Carlos Lee Blanco, profesor universitario, venezolano insigne, impulsor de todas las iniciativas de cambio institucional en materia electoral.

Tal vez se me queden algunos en el tintero que hayan colaborado en esta lucha que comienza al ver sus frutos con la sentencia de hoy del TSJ legítimo. Solo quería recordar a quienes con sus esfuerzos han hecho la diferencia, y a los cuales Venezuela les debe un reconocimiento profundo. Mucha gente, muchos recuerdos en este largo accionar que está recién empezando con objetivos concretos alcanzados, iniciando con esta histórica sentencia que declara nulo el uso del voto y escrutinio automatizado en Venezuela.

Pero como mencionaba, este es solo el comienzo. Debemos seguir trabajando, trabajando y trabajando mucho más. No debemos olvidar que esta lucha no está planteada solo en contra del sistema electoral que este régimen nos ha impuesto desde hace más de 14 años, sino de sus pretendidos herederos, que aún siguen pidiendo elecciones sin querer modificar ni en un milímetro este mamotreto técnico-político que tiene sojuzgada la democracia y la libertad en Venezuela, y desean utilizarlo para sus propios fines. Es por eso que lo que está en juego aquí es mucho más de lo que superficialmente se percibe.

Los políticos de la MUD-Frente Amplio siguen empeñados en convencer a los venezolanos en embarcarnos en otro proceso electoral "con condiciones" sin explicar que esas "condiciones" son imposibles de lograr sin otro sistema electoral. Que primero hay que cerrar ese antro llamado CNE, reformar de raíz el sistema,  para luego nombrar nuevas autoridades que puedan darles confianza a los venezolanos de que están eligiendo con la máxima confiabilidad a sus representantes.

Pero eso no es lo que está planteado aquí con la oposición oficial. Ellos pretenden que se siga utilizando ese sistema pero con “otros Rectores” y otras “condiciones electorales”. Todos sin excepción, piden elecciones pero sin pasearse por el pequeño detalle que el sistema NO SIRVE como lo ha evidenciado esa histórica sentencia del TSJ legítimo, y de allí la importancia principalísima de darla a conocer a todo el mundo, en especial a aquellos países que sin conocer las interioridades de esa trampa-jaula que es el CNE, creen que saldremos de esta grave crisis solo con hacer elecciones con “condiciones electorales”. Como me reseñaba un amigo político, solamente por el hecho mismo que se han ido más de 3 millones de venezolanos del país, no se puede ir a otro proceso electoral porque atentaría contra el derecho participación de esa gente.

Tal y como implica la sentencia, en Venezuela NO SE PUEDEN REALIZAR MAS ELECCIONES hasta tanto no se cambie el sistema electoral y se reformen las leyes y reglamentos electorales que sean necesarios para ajustarse a esa declaratoria de NULIDAD del sistema automatizado de votación y escrutinio para la elección de los cargos de representación popular de los Poderes Públicos y otras elecciones. En otras palabras de acuerdo a lo solicitado, y declarado CON LUGAR, “No pueden ser celebradas ningunas elecciones en la República Bolivariana de Venezuela, hasta que no se cuente con un árbitro (el Consejo Nacional Electoral) y un sistema de votación y escrutinio que permita tenerlas como elecciones ‘auténticas’, conforme a la Constitución de la RBV (sic) y los Tratados de Derechos Humanos por ella reconocidos”. Más claro no canta un gallo mañanero.

Entonces que se dejen de decir, escribir, declarar, manifestar, comunicar todos los voceros de la oposición oficial, incluyendo quienes desde la Iglesia Católica lo hacen de buena fe, que lo que debemos hacer en Venezuela es pedir más elecciones “con condiciones”. ¡¡¡Por favor, ya basta!!! Los venezolanos PRIMERO debemos salir constitucionalmente del régimen de Nicolás Maduro, establecer un Gobierno de Emergencia Nacional que logre ejecutar plenamente esta sentencia electoral para luego entonces, después de un periodo de estabilización y reinstitucionalización, volver a llamar a elecciones con un nuevo sistema electoral completamente saneado. Ese es el orden. De allí la extrema importancia de esta sentencia que la oposición oficial ha decidido ignorar como si aquí no hubiera pasado nada, como ha ignorado el mandato popular del 16J.

No es una simple sentencia electoral, es muchísimo más que eso porque implica que esos Rectores que indica el numeral Cuarto de la Decisión, “SE EXHORTA a la ASAMBLEA NACIONAL que de conformidad al artículo 296 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela inicie el proceso de selección y designación de nuevos Rectores del Consejo Nacional Electoral…” solo tiene sentido si se hace dentro del cambio ordenado en el contexto de la sentencia, y ubicándose todo en un entorno aun mayor de cambio del sistema político del país.

Pero lamentablemente veremos desde la sociedad civil, de nuevo, a una oposición ciega, sorda y minúscula queriendo “hacer primarias” para elegir a un “nuevo liderazgo” de la oposición para buscar esas elecciones, tratando de nuevo de engañar a la gente. ¡Por favor! Si no fuera tan patético causaría risa. Los ciudadanos debemos empoderarnos de estas decisiones porque no están precisamente dirigidas a quienes nos han frustrado y que han demostrado con creces no estar a la altura del problema del país. Van dirigidas a nosotros y por eso debemos comprenderlas a cabalidad.

El 1ro de Junio un grupo de venezolanos conscientes de eso comenzamos solicitando la decisión de ese Gobierno de Emergencia Nacional al TSJ legítimo, esperando que sean muchísimos en la sociedad civil quienes apoyen ese curso de acción. Ya no podemos esperar más por la Billo’s como se decía en mis tiempos. La gente se muere, no hay más tiempo que perder.

Caracas, 14 de Junio de 2018

Twitter:@laguana

lunes, 10 de agosto de 2015

La perversión del sistema electoral automatizado y sus consecuencias políticas

Ponencia en la Cátedra Pío Tamayo del 21-10-2013
Por Luis Manuel Aguana

Gracias al Prof. Agustin Blanco Muñoz y a la Cátedra Pio Tamayo por esta nueva oportunidad de expresar puntos de vista acerca de lo que acontece en el país, en esta oportunidad en relación al sistema electoral.

El sistema técnico-electoral venezolano descansa sobre dos pilares: el Registro Electoral (los datos de los electores) y el Sistema informático que cuenta y transmite los votos (maquinas, programas y elementos de transmisión). El fraude técnico del cual hemos estado hablando es una combinación muy especial de: a) corrupción de la data de los electores (RE) y b) corrupción y/o cambio de los programas que generan los resultados. Si unimos a ello una “auditoria” guiada del árbitro electoral, eso termina de poner la lapida sobre la tumba de nuestro sistema de elegir gobernantes.

En esta oportunidad no me adentraré en temas densos como el Registro Electoral, cosa que ya ha hecho el Dr. Genaro Mosquera en esta misma Cátedra de una manera magistral y contundente. Simplemente tomaré su conclusión: el Registro tienen más personas de lo que estadísticamente debe tener, estando abultado de una manera considerable entre 3 y 5 millones de electores.

En esta oportunidad yo solo revisaré tres indicios que delatan al régimen en lo que damos en llamar el fraude técnico: a) la aparición de las captahuellas en el sistema electoral para el Referéndum del año 2004 y siguientes; b) El sistema de identificación al elector (computadoras a la entrada de los centros de más de 3 mesas); y c) La desaparición del escrutinio manual y el nacimiento de la Verificación Estadística Ciudadana (el famoso 54%).

Analizaremos cada uno de ellos:

Las Captahuellas

Desde el año 2004 nace en el sistema electoral venezolano la figura de este tenebroso aparato que captura la huella dactilar de los electores para ir a votar. Los jóvenes que cumplen ahora 18 años y son votantes por primera vez no podrían recordar-porque tenían 9 o 10 años y eran solo unos niños-, que el CNE incorporó este periférico a las puertas de los centros de los 8 estados más poblados del país, con la aviesa intención, 1) de saber quiénes iban a votar y 2) colocarlos solo en los centros de población consistentemente opositora para retrasar su voto.

El FRAUDE de la captahuella reside en la justificación dada desde su nacimiento en la escena electoral: la garantía de “un-elector-un-voto”. Veamos eso técnicamente en detalle. Supongamos que el CNE tenga la totalidad de las huellas de los electores, que se ha demostrado que no es así en más de 1.500.000 huellas, pero para los efectos del ejemplo solo supongámoslo.

La UNICA manera de garantizar que una persona haya votado UNA SOLA VEZ, usando este mecanismo, en cualquier mesa en todo el país, es que el repositorio de datos sea UNICO y contra el cual cada captahuella de TODAS las mesas haga una búsqueda y se marque al elector como “YA VOTO” cuando éste efectivamente lo haya hecho. Al intentar un elector fraudulento votar otra vez con su huella dactilar, y al realizar de nuevo esa búsqueda, el sistema indicará “ADVERTENCIA: ESTE ELECTOR YA VOTO”, con la consecuente respuesta de las autoridades.

Esto supondría un super servidor con una capacidad de tráfico para manejar las aproximadamente 40.000 maquinas concurrentemente y despachando respuestas en tiempo real al menos a 4.000 (un 10% conservadoramente) máquinas en todo el país. Por supuesto ese super servidor deberá ser tolerante a fallas y tener un espejo para que en caso de caídas fatales no interrumpa el servicio de las captahuellas. Ni siquiera el banco más grande del país, o tal vez del mundo, dispone de semejante infraestructura. Realizar un proyecto de tal naturaleza exigiría mucho tiempo,  prototipos, pruebas en vivo de tiempo de respuesta, pruebas del software en línea, infraestructura, etc, etc, etc…

Es por esa razón que cuando las personas llegan a la mesa electoral el funcionario le solicita la cedula para digitarla en un teclado, cuando lo correcto debería ser que se colocara primero la huella, se verificara esa huella en ese super servidor y se constatara si el elector votó o no antes en cualquier mesa en todo el país, contrastando con los datos de la cédula de identidad que presente el elector.

El actual procedimiento trae con la huella el registro del elector que está ubicado en la máquina de ESA MESA pero en modo alguno garantiza que esa persona no esté en otra y vote de la misma manera, con lo cual el principio básico por el que Jorge Rodríguez se gasto 65 millones de dólares en captahuellas nunca se cumplió en el año 2004 y menos aún en el resto de los procesos electorales a partir de ese año. No solo fue una mentira sino que también fue un acto de corrupción, aunado al hecho de que deja abierta la posibilidad técnica de que una persona vote varias veces en varias mesas en diferentes centros. El sistema entonces hace precisamente todo lo contrario para lo cual fue adquirido.

El sistema de identificación al elector (SIE)

La mentira que justifica el SIE se halla en la función de dar el número de la mesa y la línea del cuaderno donde vota el elector. Desde que hizo su aparición, ningún elector puede pasarse por alto esta estación para poder votar, so pena de ser agredido por el Plan República, en abierta violación a nuestro derecho constitucional de votar solamente con nuestra cédula de identidad.

Pero lo más interesante de este sistema nos lo revela la propia auditoría realizada por el CNE con el aval de “nuestros técnicos” electorales para las elecciones del 7-O.

Como podrán apreciar en la famosa “Auditoría” del CNE, se les presentó el sistema SIE a nuestros técnicos. Los técnicos se metieron en su tecnología, calcularon el número mágico (“hash”) que sirve para que no se puedan copiar los programas del sistema sin que la oposición  se de cuenta, pero NADIE ALLI se preguntó ¿Cuál es el propósito de este sistema?

Nadie allí le hizo una simple, sencilla y obvia pregunta al CNE: ¿Por qué se necesita el SIE si la ubicación de los electores está en los listados a las afueras de los centros? No, ellos se dedicaron a otra cosa. Se dedicaron a preguntar cuantos laptops habría en los centros y la distribución de ellos. ¡Más de 18.000 computadoras portátiles! ¡Qué descaro y que desperdicio de recursos de los venezolanos, con tanta necesidad y hambre!

Nadie allí indagó ni preguntó porque ese sistema se conectaba con un centro remoto a través de un sistema de comunicaciones, ni porqué, como se constató posteriormente, esas maquinas transmitían información de los electores. Nadie preguntó por las características técnicas de esos laptops y si podían o no estar conectados inalámbricamente. NADIE PREGUNTO NADA.

La desaparición del escrutinio manual y el nacimiento de la Verificación Estadística Ciudadana (el famoso 54%)

La justificación dada por el CNE la primera vez que se instituyó esta manera de contar nuestros votos fue que era “estadísticamente imposible” que si se verificaba el 54% de las mesas electorales, el resultado fuera diferente del total que el CNE nos dijera al totalizar el 100% de los votos automatizados. Esa fue la mentira que el gobierno nos metió al instituir en la Ley Orgánica de Procesos Electorales el voto electrónico por Ley: “Artículo 141. El acto de escrutinio deberá ser automatizado y excepcionalmente manual, cuando así lo determine el Consejo Nacional Electoral.

Entonces de acuerdo a ese cambio en la ley, las máquinas “escrutan” el 100% de los votos y nosotros “verificamos” solo un porcentaje de ellos. Sutil pero decisivamente tramposo. El régimen le cambió el sentido al idioma y al mismo tiempo nos sembró una trampa de incalculables proporciones al permitir que solo contáramos una parte de los votos, dejando a las maquinas hacer lo que quisieran con el resto.

Pero la mentira más aviesa en relación a la población votante es la convencerlos de que abriendo solo el 54% de las cajas es suficiente, estadísticamente hablando, para quedarnos tranquilos. ESO EN ESE SISTEMA ES FALSO.

Simplemente hagamos el ejercicio numérico. Pongamos un ejemplo: Un centro tiene 1000 votos y van todos los electores. Abrimos el 54% y dejamos sin abrir el 46%. Esto es, solo contaremos (Verificaremos) 540 votos. Supongamos, que en esos 540 votos la oposición saca el 55% y el gobierno 45% (10 puntos arriba). Esto es, 297 votos para la oposición y 243 votos para el gobierno, dando la ventaja a la oposición 55% a 45% de acuerdo al ejemplo.

Ahora veamos los 460 votos que estaban en las cajas que no se abrieron. Si en esas máquinas el CNE logra ponerle de forma fraudulenta al candidato del gobierno conservadoramente el 60º% de esos votos, esto es, de esos 460 votos el 60% se lo ponen al gobierno. Esto es 276 votos para el gobierno y los restantes 184 a la oposición. El resultado total del centro sería 519 para el gobierno y 481 para la oposición. Como son 1000 votos totales, resultaría el 51,9% para el candidato del gobierno y el 48,1% para el de la oposición (3,8 puntos por arriba) en todo el centro.

Esto es, dándole a la oposición de esos 460 votos solo el 40%. Ahora imagínense el escenario que no le dé nada, que sea el 100% de esos 460 no verificados. El resultado sería 703 votos al candidato del gobierno y 297 votos al candidato de la oposición. Esto es 70,3% para el gobierno y 29,7% para la oposición, solo en ese centro, aun teniendo nuestro candidato 10 puntos porcentuales por arriba antes del cambio en las mesas abiertas. Para el 8D se mantienen los 5.454 Centros de 1 sola mesa más 2.626 centros de 2 mesas, donde hubo, según ESDATA, la mayoría del gobierno.

Los expertos en estadística indican que los resultados en todas las mesas del mismo centro deben guardar una distancia porcentual muy baja, con lo cual si existen 10 puntos por arriba en las mesas abiertas eso debe mantenerse aproximadamente en todas las mesas por igual. Pero los resultados de los estudios rompieron ese patrón el 7-O (ver estudio Febres-Márquez Elección Presidencial en Venezuela 2012 – Evaluación de los resultados electorales presentados por el CNE Nov2012). ¿Se explican ahora porque se voltean los resultados de los conteos rápidos cuando empiezan los escrutinios electrónicos?

¿Por qué no podría correr otro programa que arroje resultados cambiados en las cajas que previamente se sabe que  no se abrirán y se transmitan esos resultados?

Y no lo tienen que hacer en todas las mesas del país sino en un conjunto de mesas en centros escogidos previamente. Por eso es que no les dió el análisis de Newcomb-Benford  realizado por Delfino y Salas  que reseñe en mi artículo “La Naturaleza delató al CNE” ni en el 2004 ni en el 2012, donde los resultados de la curva de Chávez siempre fueron uniformes, atentando contra esa ley natural. Es por eso QUE TENEMOS QUE CONTAR TODAS LAS BOLETAS.

Y aun si no las contamos, es absolutamente importante que el régimen no sepa con anticipación cuales mesas serán sorteadas para el proceso de Verificación Ciudadana sino hasta cuando todas cierren en un centro, cumpliendo a cabalidad la secuencia del Art. 441 del Reglamento Electoral. La MUD no ha podido detectar eso porque nunca han verificado ese 54%, con la respectiva Constancia de Verificación Ciudadana, no yendo más allá del 2.5% de las máquinas el 7-O pasado y nunca más allá del 12% según lo confesó Liliana Hernández en un programa de televisión con Nitu Perez Osuna.

Consecuencias políticas de continuar con un sistema pervertido de elecciones

Luego de muchas conversaciones con muchos de los principales actores políticos opositores llegamos a varias conclusiones:

·         No les interesa profundizar acerca del tema del fraude electrónico argumentando una credibilidad sospechosa en sus representantes técnicos, personajes que han demostrado su incompetencia al representarnos en todos los procesos electorales;
·         Estos técnicos les han convencido (¿?) que el fraude no es tecnológico sino producto del ventajismo, aun cuando les hemos presentado informes técnicos que prueban lo contrario desde el año 2004;
·         Todos los medios, incluido Globovisión cuando existía, silenciaron las declaraciones de técnicos y voceros que pudieran poner en duda la credibilidad del sistema electoral del CNE como línea política de la MUD, convirtiéndose esta última en la principal defensora del sistema electoral;
·         Concluimos que los dirigentes de la oposición no desean cambiar sino beneficiarse de este sistema al momento de cualquier cambio político que los ponga a gobernar, lo cual es un contrasentido porque utilizando la vía electoral jamás serán gobierno.

Entonces, el planteamiento es la convivencia y la negociación de los puestos electorales, ya que al estar ambas partes conscientes que los números electorales son manipulados, entonces lo que queda es repartirse la torta de acuerdo a un juego perverso que maneja quien tiene el sartén por el mango. En ese escenario no hay “plebiscito” que valga el 8D! Entonces, si esto lo sabe la MUD ¿a qué juego está jugando?

Por eso es que el 8D no será diferente en los resultados. Ya el gobierno tiene cuadrados los números en cada circunscripción electoral, considerando las debilidades estructurales de la oposición y de acuerdo al mapa previamente establecido: cuantos centros de 1, 2 y 3 mesas haciendo el mismo juego del 14A. El gobierno necesita consolidar las municipales para darle rienda suelta a su cambio comunal.

Sin embargo algo nuevo está pasando de manera significativa en todo el país. Aparecen como novedosas muchas candidaturas fuera del juego de la MUD-PSUV. Y esto tiene una lectura muy significativa. Los Concejales por definición deben provenir de las comunidades, no de acuerdos entre partidos, más aun cuando estos no fueron electos en un proceso de Primarias. Tanto en el chavismo como en la oposición quienes controlan los centros no son los partidos, son las comunidades de esos lugares donde los partidos han hecho un trabajo de manipulación. Al estar estas comunidades fuera de la esfera partidista, cualquier cosa podría suceder, comenzando por no dejar que la manipulación con las máquinas tenga éxito. Sin embargo esto es un proceso muy tímido en todo el país.

Habiéndose cerrado la vía electoral para poder cambiar este estado de cosas de manera pacífica, lo que nos resta es organizarnos como depositario de la soberanía para hacer uso del dispositivo Constitucional para cambiarlas. Votar o no votar no representa más el verdadero dilema de esta coyuntura. Los venezolanos están percibiendo que votando o no votando el 8D o en cualquier otra elección, no cambiará su calidad de vida o mejorará el rumbo equivocado de la nación. Lo medular es la necesidad de un cambio en la conducción del país y esto pasa por construir un nuevo sistema electoral que nos garantice Elecciones Autenticas.

Caracas, 21 de Octubre de 2013

Twitter:@laguana

sábado, 11 de julio de 2015

Las dos caras del voto

Por Luis Manuel Aguana

¿Votar para atornillar una dictadura o votar para rescatar la democracia? He allí el dilema, como diría un Hamlet trasformado en elector en este drama teatral en que han convertido lo electoral en Venezuela.

Ya desde hace mucho había decidido que no contribuiría a atornillar una dictadura en Venezuela (ver Porque no les daré mi voto en http://ticsddhh.blogspot.com/2013/11/porque-no-les-dare-mi-voto.html) razonando ese paso trascendental. Existe una línea muy difusa entre una cosa y la otra. En la Venezuela actual el significado del voto vale para una cosa u otra dependiendo de cómo se asuma el hecho electoral por quienes pretenden competir con un régimen que ha secuestrado la institución electoral.

La oposición oficial vendió, como nos ha vendido en todos los procesos electorales desde el 7-O/2012, que arrasaríamos en las elecciones y que superaríamos ese punto donde era “imposible” que el régimen a pesar de todas sus trampas nos ganara. Y la gente cumplió. Yo cumplí, a pesar de todas mis dudas razonadas técnicamente en esta pequeña tribuna que me da la Red.

Pero la oposición oficial no cumplió con su parte. No defendieron el voto a pesar que la gente estaba dispuesta a hacerlo después del 14A/2013, cuando a todas luces el gobierno perdió las elecciones. Henrique Capriles, en el peor error histórico de su vida política, llamó a tocar cacerolas y bailar salsa. Y a pesar de no haber exigido un mínimo de condiciones electorales, la gente de nuevo salió a votar, porque esa es la única arma que tiene el ciudadano para cambiar las cosas. Y el régimen de nuevo se robó las elecciones, como lo ha hecho consistentemente desde el año 2004, año en el que estrenaron la automatización del escrutinio y el voto electrónico.

Por más que uno les explique a los políticos venezolanos que esta manera de contar los votos es tramposa (ver La trampa del Voto Electrónico: De Escrutinios Manuales a Escrutinios Automatizados en http://ticsddhh.blogspot.com/2013/11/la-trampa-del-voto-electronico-de.html) y que la lucha por condiciones electorales ES LO PRIMERO que debemos hacer para aceptar ir a medirnos con el régimen, seguiremos perdiendo elecciones, apuntalando una dictadura.

Entonces, la lógica indicaría a estas alturas que nadie puede ser tan estúpido o criminal  para no comprender lo que todos los técnicos han sugerido consistentemente y que públicamente se ha reseñado (ver Carta abierta a la sociedad democrática venezolana ante el llamado a Elecciones el 14 de Abril de 2013 en http://www.gopetition.com/petitions/carta-abierta-a-la-sociedad-democr%C3%A1tica-venezolana-ant.html) para dar a conocer las exigencias mínimas para concurrir a un proceso electoral en Venezuela.

No puedo dejar de mencionar que hasta el día de hoy, ninguna de estas exigencias al CNE se ha cumplido, agravándose significativamente el cuadro para ir a unas nuevas elecciones el 6 de Diciembre de 2015. Lo único diferente en el país es que los venezolanos estamos exponencialmente más arruinados que el año 2013, y que el único elemento que esgrime la oposición oficial, es que “esta vez sí ganaremos” las elecciones  porque el gobierno lo ha hecho extraordinariamente mal, acabando con la calidad de vida de los venezolanos.

Este argumento que bien podría funcionar en un país “normal” con unas elecciones periódicas que sacan a un gobernante por esas mismas razones, estaría muy bien, pero en las actuales condiciones electorales le puede costar a Venezuela su siguiente decepción masiva el 7 de Diciembre, fecha donde oiremos de nuevo el rosario de excusas de nuestra representación opositora indicando que otra vez el gobierno “abusó” de su condición pero que lo seguiremos intentando porque “somos demócratas y creemos en el voto”.

Mientras tanto, miles de venezolanos, especialmente los más jóvenes, estarían en ese momento definitivamente convencidos que su única salida es el aeropuerto de Maiquetía “porque de esto no saldremos nunca con votos”, volviendo a repetir el circulo  vicioso electoral, donde cada vez los opositores seremos menos (ya han salido más de millón y medio de personas del país, Estudio de la Comunidad Venezolana en el Exterior, UCV-Infografía de El Universal, https://twitter.com/RobertoSmithP: “180.000 PhDs y 700.000 con maestría se ha ido porque Venezuela no les da un futuro. Así se arruina un país”). Y la nueva “promesa” de los dirigentes de la oposición oficial será que buscaremos el “revocatorio de Maduro” el año 2016… ¿Hasta cuándo?

En esta nota no pretendo decirle a nadie que no vote, esa es la prerrogativa y el derecho de cada quien, y es una decisión muy personal. Pero vean porqué lo hacen y en qué condiciones, exigiendo activamente las responsabilidades del caso si por quienes votaron no hacen respetar la voluntad que el pueblo les confió con su voto.

El voto no puede ser solamente el endoso ciego que un ciudadano le da a un político. Es una responsabilidad que se comparte con el votado. Es un acto que tiene dos caras. Eso fue lo que no entendió Henrique Capriles  cuando mandó a cacerolear y a bailar salsa. El tenía la RESPONSABILIDAD de esos votos que la gente le dio y simplemente la ignoró. Los ciudadanos que votaron por él no se la cobraron debidamente, al punto que todavía pretende ser “presidenciable”. Ya es hora de exigir esa responsabilidad.

¿Y cómo se exige? Pues bien, si la oposición oficial indica-como ahora-, que “ganaremos las parlamentarias” incluso ¡con mayoría!, sin exigirle nada al CNE, aceptando todas las marramucias que Tiby y su corte les de la gana poner, solo por la confianza de que ganaremos de calle porque la gente hace cola en los supermercados, entonces deberían estar dispuestos a renunciar en masa a su eterna condición de dirigentes de la  “oposición” si esa victoria no se concreta. ¿No les parece justo?

Si esa derrota ocurre, al menos nos sacaríamos de encima a quienes han conchupado con el régimen para que este permanezca, dándole paso a otros que hagan el siguiente intento. Se convocarían de inmediato a unas elecciones nacionales de todos los sectores opositores para elegir nueva dirigencia de la oposición, con la responsabilidad de rehacer la estrategia en contra del régimen porque definitivamente la dirigencia actual no da pie con bola, y desde hace varias elecciones. Así pues, si Ud. va a votar, cuando lo haga sepa lo que hace en toda la extensión de la palabra y esté dispuesto a exigir luego del resultado, ejerciendo la otra cara del voto, porque si no lo hace estará de nuevo atornillando a una dictadura.

Caracas, 11 de Julio de 2015

Twitter:@laguana